El 3 de junio es una fecha de reflexión en nuestra sociedad y nos interpela a pensar la comunidad en la que queremos vivir, mujeres y hombres.
Una madeja de cuestiones y problemáticas sociales se ponen de relieve con mayor fuerza en esta fecha: la brecha salarial, las tareas de cuidado, la violencia sobre las mujeres…

Lo que planteamos se vuelve más gráfico cuando se traduce en números: 85 femicidios desde el comienzo del año, más de 60 niñas y niños sin madre, podemos seguir enumerando pero lo cierto es que estas cifras son suficientes para ver la crudeza de la realidad.

En fechas como estas redoblamos la fuerza y la transformamos en lucha que es lo que las mujeres sabemos hacer y por eso nos organizamos como en nuestro caso, sindicalmente y desde ahí construimos una realidad distinta para las trabajadoras y también para los trabajadores de nuestra actividad.

Apostamos y creamos hace ya varios años un espacio propio, integrado por compañeras trabajadoras de todo el país, organizadas a través de la Secretaria de la Mujer de la Mesa Directiva Nacional y lo hicimos porque entendíamos que tenemos mucho para contar, mucho para aportar y mucho que construir en nuestra organización sindical, AEFIP.

Fue así que logramos tener las trabajadoras y trabajadores del Organismo licencias parentales: licencia por paternidad, y excedencia, licencia en caso de nacimiento pre término y de nacimientos que requieran internación, para ser usufrutuada por padres, licencias en caso de adopción para los padres, las licencias para el cuidado en caso de enfermedad de hijas o hijos, entre tantas otras.

Estos derechos son conquistas que se han dado porque sus trabajadoras y trabajadores están organizados sindicalmente y en esa comunión colectiva compartimos la idea de que las tareas del cuidado y la maternidad son una responsabilidad social, una responsabilidad de la familia.

Es la organización sindical nuestra herramienta más valiosa y desde el espacio de mujeres referentes que construimos en AEFIP es que encontramos el lugar para compartir saberes, experiencias, tejer redes de conexión que nos acompañen, contengan y que sean el vehículo a través del cual nos formamos como sindicalistas para que cuando sea el momento adecuado compartamos en la calle codo a codo la lucha gremial y nos empoderemos juntas.

Nuestras redes nos convierten en mujeres fuertes, sororas, empáticas, nos convierten en mujeres sindicalistas, por eso las tejemos y en esa acción construimos junto a nuestros compañeros nuestro sindicato AEFIP.