Una Lucha amorosa

Hace 43 años, un 22 de octubre de 1977 12 mujeres, 12 madres, se organizaron para reclamar por la aparición con vida de sus hijas e hijos, buscando a la par encontrar también a esos niños/as que secuestraron junto a sus padres o que habían nacido, hoy sabemos, durante el cautiverio de sus madres en centros clandestinos de detención.
Comenzaron a encontrarse en los mismos lugares, a conocerse y reconocerse en la búsqueda individual de cada una; fue entonces cuando comprendieron que había algo común que las atravesaba a todas y que en la fuerza de la unión encontrarían el impulso y la contención que necesitaban. Se conocieron, reconocieron, juntaron y organizaron. La búsqueda individual se tornó una búsqueda colectiva que aún perdura hasta nuestros días. Dejaron de ser abuelas en términos personales para transformarse en “Las Abuelas”; las abuelas de todos y todas, las abuelas de la Plaza de Mayo, nuestra plaza símbolo de lucha y liberación.
Con la llegada de la democracia su búsqueda se transformó en una lucha por la recuperación de la identidad negada, la identidad robada a esos nietos y nietas que tanto quisieron y nunca pudieron abrazar.
Su Búsqueda amorosa e incasable nunca se detuvo desde aquel primer día, permitiendo restituir la identidad a 130 niños y niñas que hoy ya son hombres y mujeres de esta Patria querida.
Cada restitución de la identidad es un encuentro con la verdad, con la construcción pero también la reconstrucción de la historia personal. Cada restitución es una bienvenida, un abrazo no dado, una alegría enorme del reencuentro y un reaseguro para el pueblo de que una vez más el AMOR vence al odio.